LOS PATIOS DE CÓRDOBA

PATIOS DE CÓRDOBA

EL PATIO DE CÓRDOBA

Si hay algo fuera de lo común en Córdoba eso son sus patios. Un lugar que no deja indiferente a nadie, un lugar que se ha convertido en fiesta, una fiesta de participación, concordia que ha sido premiada con el título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2012, un 6 de diciembre. Es la época del año que más visitante recibe Córdoba, donde es difícil encontrar una habitación libre en los hoteles de la ciudad. Todos las televisiones y periódicos nacionales e internacionales se hacen eco de ello. Pero que sabes realmente de los patios.

Si algo me llamó poderosamente la atención la primera vez que vi el festival de patios, además de la infinita belleza que destilan por cada rincón, es que impulsa a alguien a abrir las puertas de su casa para que todos puedan disfrutarlo. Sigo sin llegar a comprenderlo mucho, pues para mí la intimidad es muy importante, a mí no se me ocurriría abrir mi casa para que la gente pueda venir a verla. Y creo que a casi nadie, somos de los pocos países de Europa que ponen cortinas en sus ventanas para que no nos vean desde fuera. Es algo que me intriga y me sorprende pero que después de hablar con propietarios y su devoción y amor por los patios he podido empezar a entender. Los patios hablan mucho más que de flores y plantas, habla de un sentimiento, de una forma de viva, habla de amor.

«la vida giraba siempre al fresco de los patios»

El festival de patios empezó a celebrarse en 1921, por entonces, el Sr. alcalde Francisco Fernández de Mesa convocó un concurso de patios, balcones y escaparate con premios de 100, 75 y 50 pesetas. No tuvo mucho éxito, parece increíble, ¿verdad?, así que hasta el 1933 no volvió a convocarse de nuevo. El estallido de la guerra civil volvió a parar el certamen que reanudó en 1944. Un pequeño recordatorio de la historia del festival de patios. Como todo concurso tiene un premio económico, pero… ¿es ese el motivo por el que los habitantes de Córdoba abren las puertas de sus casas? Yo, que vengo del norte de España, de una de las ciudades más frías de la península y que su clima hace que la vida se viva de puertas para adentro, por eso dicen que somos más cerrados, no deja de sorprender. Está claro que el clima condiciona la forma de vivir y creo yo que hasta los caracteres de las personas. Fuera de tópicos, es cierto que en el sur la vida se hace de puertas para fuera y en el norte, el frio hace que te refugies en tu casa. Hasta el tipo de construcción es distinta, por el norte, o por lo menos por mi tierra, no son habituales los patios, así que ese “vecindeo” que solían generar no se produce, la gente suele sociabilizar en los parques o jardines, no en las casas particulares.

Entre geranios, gitanillas y claveles, con cientos de colores inundando todo, ese limonero que no puede faltar en un patio típico cordobés, y el pozo que aporta el agua necesaria para regar pasaban las horas nuestros mayores. Charlas entre vecinos que hacían más llevadero las duras horas de calor de esta maravillosa Córdoba en tiempos en los que no existía el aire acondicionado, a lo sumo, un buen abanico. No deja de inundarme la nostalgia cada vez que visito un patio y pensar en como era la vida en ellos. En estos tiempos en los que cada vez somos más individualistas, en los que las nuevas tecnologías nos aíslan más del prójimo pienso en los patios y lo que representan, ese modelo de cooperación, de vecinos, de comunidad, donde compartir lo poco que se tenía era habitual. No quiero decir que cualquier tiempo pasado sea mejor, ni mucho menos, pero bien es cierto que la sociedad ha cambiado, tampoco me voy a atrever a decir que, a peor, pero cada vez somos más individuales y, para mis los patios representa todo lo contrario, la colectividad, el compartir, establecer vínculos sociales, el intercambio, etc. Ahora creo que hemos sustituido el patio por los bares. Bien es cierto que antiguamente los patios reunían a varias casas o familias y ahora, casi todos son de un solo propietario.

«la ciudad rinde tributo a los cuidadores»

Esta visión de los patios es lo que lo que hace grande a esta fiesta., no que un patio tengas millones de flores repartidas en cientos de maceta que nos dejan la vista y el pensamiento todo embriagado, no esos olores que inundan la atmosfera, no ese limonero que da sombra al pozo, no. Para mi lo que hace grande a este festival son los sentimientos y el espíritu que lo rodea. Esa sensación de compartir, ese recuerdo a una forma de vida que se está perdiendo, ese espíritu de pertenencia a una comunidad, ese espíritu de colaboración y compartir. No sé, quizás este equivocado, pero es lo que a mi me transmite esta fiesta patrimonio de la humanidad. Así que te invitamos a que visites los patios y vayas más allá de la propia belleza de lo que te rodea, atrévete a pensar que una mujer o hombre generoso a abierto las puertas de su casa, la ha puesto bonita para las visitas y te está esperando con los brazos abiertos. Algunos pensarán que lo hacen por ganar el concurso, pero, por lo que yo sé y a los propietarios que hemos preguntado, el premio no compensa los gastos que ocasiona tener un patio así, ni las horas de dedicación (unas dos horas diarias que llegan a ser 5 los momentos de poda), pero la verdad es que abren las puertas de su casa por pura generosidad, para compartir la belleza de sus patios, de su trabajo y dedicación y por el amor a las plantas y a una forma de vivir y de ver la vida. Así que te volvemos a recomendar que cuando visites los patios, después de ver la belleza del mismo, cierres los ojos y veas la otra belleza, la que solo se puede ver con los ojos cerrados y con el corazón.

Por eso el festival de patios no puede desaparecer nunca, por lo que representa. Así que te esperamos con las puertas y los brazos bien abiertos. Una fiesta que no te puedes perder y que tienes que ver alguna vez en tu vida.

LOS PATIOS DE CÓRDOBA